jueves, 16 de marzo de 2017

         3.   Recursos naturales y minería
Con un área de 5,500 hectáreas, el Parque Nacional Pic Macaya se encuentra en la Península de Tiburón y posee la montaña más alta de ese país, con 2, 347 metros sobre el nivel del mar. Sus bosques son una mezcla de pinares, en las zonas más altas del parque, y de un bosque húmedo muy singular que crece sobre roca calcárea a una altura de 1000 metros. Para muchos es una sorpresa saber que este parque cuenta con uno de los niveles de biodiversidad más altos del Caribe. Muchas de las especies de la flora y la fauna que allí se encuentran todavía no han sido descritas, algo que pudimos constatar luego de completar 3 expediciones en los últimos años. Pic Macaya también tiene el honor de poseer el 40% de todas las especies de orquídeas reportadas para la isla y el mayor número de especies de anfibios del Caribe. A la vez tiene la desdicha de que el 93% de todas estas especies de ranas y sapos, están catalogados como en "peligro de extinción". Aunque el Parque Nacional Pic Macaya tiene la ventaja de ser un lugar de difícil acceso, los bosques más ricos e importantes a nivel biológicos en elevaciones medias, están siendo quemados y talados para practicar agricultura, lo cual pone en evidencia que la preservación de los recursos del parque va de la mano con buscar soluciones para las personas que viven en las comunidades aledañas; tarea que no es nada fácil, y que requiere conjugar diferentes organismos nacionales e internacionales para desempeñar un esfuerzo conjunto. 


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La minería es vista como una fuente potencial de ingresos y empleos para el empobrecido Haití luego del sismo de enero de 2010 que arrasó la capital, ubicada al sur de la isla. Las empresas invirtieron 30 millones de dólares en hacer proyecciones con el apoyo de un gobierno ansioso por llevar el desarrollo al campo, donde la mayoría sobrevive gracias a una agricultura de subsistencia y donde carecen, incluso, de servicios básicos. La nueva era minera que algunos habían pronosticado está lejos de iniciar porque Haití no ha promulgado una ley para el sector que regule aspectos fundamentales como la protección al medio ambiente y los ingresos por regalías que recibiría el país. Majescor llegó a tener hasta 100 empleados en Haití, que trabajaron haciendo las proyecciones de explotación, pero ahora tiene un único beneficiario. Tras invertir cinco millones de dólares, la empresa entregó el mes pasado su participación en su filial haitiana a cambio de un porcentaje sobre beneficios futuros. El nuevo Congreso no empezará a operar a plenitud hasta el próximo enero, junto al nuevo Presidente, que luego tendrá que nombrar a un nuevo primer ministro y a su gobierno en un proceso que en la isla caribeña suele demorarse varios meses. Nadie sabe cuándo podría presentar la normativa para la minería el nuevo gobierno o, incluso, si lo hará.



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